Si bien mucho se escribe acerca de los riesgos que implica el desarrollo y adopción de la IA generativa en la pérdida de empleos, vale la pena revisar que está ocurriendo en la vida real de las organizaciones y sociedades.
Según el Foro Económico Mundial, los empleadores estiman que el 44% de los skills de los trabajadores será hackeado por la disrupción tecnológica en los próximos cinco años.
Consecuentemente habrá un impacto en las estrategias de gestión de personas en las organizaciones.
Conforme la encuesta de PWC sobre expectativas y temores de la fuerza laboral global, solo el 36% de los empleados está de acuerdo en que los skills necesarios para ser exitosos en su trabajo cambiará significativamente en los próximos cinco años. Solo 43% dice que tiene una clara sensación de como los skills requeridos cambiará. Esto es preocupante porque si no se anticipan o lo entienden, no estarán adecuadamente preparados para adquirir los nuevos skills necesarios para permanecer relevantes y efectivos en sus roles.
Además, esta percepción se agrava en los trabajadores cuyos trabajos no requieren de especialización. En consecuencia serán más vulnerables a la pérdida del empleo en la medida que los skills evolucionan y las compañías aumentan el uso de IA y automatización.
En cuanto al interés de los colaboradores en la IA, un 52% de los encuestados manifestó impactos de naturaleza positiva y un 35% impactos negativos.
En enero de 2024 el Fondo Monetario Internacional presentó un estudio analizando el posible impacto de la IA en el trabajo del futuro y su relación con los distintos grados de desarrollo de los países y de la calificación y formación de las personas.
Admite que sus consecuencias para las economías y las sociedades siguen siendo difíciles de prever. Esto es especialmente evidente en el contexto de los mercados laborales, donde la IA promete aumentar la productividad al tiempo que amenaza con reemplazar a los humanos en algunos trabajos y complementarlos en otros.
Casi el 40% del empleo mundial está expuesto a la IA, y las economías avanzadas corren un mayor riesgo, pero también están mejor preparadas para explotar los beneficios de la IA que las economías de mercados emergentes y en desarrollo. En las economías avanzadas, alrededor del 60% de los empleos están expuestos a la IA, debido a la prevalencia de trabajos orientados a tareas cognitivas.
Una mirada de la posible complementariedad de la IA sugiere que, de estos, aproximadamente la mitad pueden verse afectados negativamente por la IA, mientras que el resto podría beneficiarse de una mayor productividad a través de la integración de la IA.
La exposición es del 40% en las economías de mercados emergentes y del 26% en los países de bajo ingreso. Aunque muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo pueden experimentar disrupciones menos inmediatas relacionadas con la IA, también están menos preparadas para aprovechar las ventajas de la IA. Esto podría exacerbar la brecha digital y la disparidad de ingresos entre países.
La IA afectará a la desigualdad de ingresos y riqueza.
A diferencia de las olas anteriores de automatización, que tuvieron el efecto más fuerte en los trabajadores de cualificación media, los riesgos de desplazamiento de la IA se extienden a los trabajadores con salarios más altos. Sin embargo, la posible complementariedad de la IA se correlaciona positivamente con los ingresos. Por lo tanto, el efecto sobre la desigualdad de ingresos laborales depende en gran medida de la medida en que la IA desplaza o complementa a los trabajadores de altos ingresos.
Las simulaciones de modelos sugieren que, con una alta complementariedad, los asalariados con salarios más altos pueden esperar un aumento más que proporcional en sus ingresos laborales, lo que lleva a un aumento en la desigualdad de ingresos laborales. Esto amplificaría el aumento de la desigualdad de ingresos y riqueza que resulta de la mejora de los rendimientos del capital que se acumulan para las personas con altos ingresos.
Las decisiones de los países con respecto a la definición de los derechos de propiedad de la IA, así como las políticas redistributivas y fiscales tendrán en última instancia su impacto en la distribución de los ingresos y la riqueza.
Los aumentos en la productividad, si son fuertes, podrían resultar en un mayor crecimiento y mayores ingresos para la mayoría de los trabajadores.
Debido a la profundización de las inversiones de capital y al aumento de la productividad, se espera que la adopción de la IA impulse los ingresos totales. Si la IA complementa fuertemente el trabajo humano en ciertas ocupaciones y las ganancias de productividad son lo suficientemente grandes, un mayor crecimiento y una mayor demanda de mano de obra podrían compensar con creces la sustitución parcial de las tareas laborales por la IA, y los ingresos podrían aumentar a lo largo de la mayor parte de la distribución del ingreso.
Los trabajadores con educación universitaria están mejor preparados para cambiar de trabajos de mayor riesgo de afectación hacia trabajos de alta complementariedad. Por otro lado, los trabajadores más jóvenes que se adaptan y están familiarizados con las nuevas tecnologías también pueden aprovechar mejor las nuevas oportunidades. Por el contrario, los trabajadores de más edad pueden tener dificultades para volver a trabajar, adaptarse a la tecnología, la movilidad y la capacitación para nuevas habilidades laborales.
En relación al grado de desarrollo de los países, las economías de mercados emergentes avanzadas y más desarrolladas deben invertir en innovación e integración de la IA, al tiempo que promueven marcos regulatorios adecuados para optimizar los beneficios del mayor uso de la IA. Para las economías de mercados emergentes y en desarrollo menos preparadas, el desarrollo de infraestructura fundamental y la creación de una fuerza laboral digitalmente calificada son primordiales. Para todas las economías, las redes de seguridad social y la reconversión profesional de los trabajadores susceptibles a la IA son cruciales para garantizar la inclusión.
La pregunta que nos hacemos es cómo se financiaran en el tiempo estos procesos de adecuación de habilidades, capacidades para los nuevos empleos. Entendemos que las alianzas locales público – privadas podría ser la mejor opción, además de las transformaciones que sufrirán los contenidos de los programas de educación de escuelas y universidades en consonancia con nuevas políticas educativas y de formación docente.
Yuval Harari aborda estos desafíos laborales en “21 Lecciones para el Siglo XXI”.
La IA podría colaborar en la creación de nuevos empleos, por ejemplo en su uso y mantenimiento, análisis de datos y ciberseguridad. Podría ocurrir que el mercado laboral de 2050 estuviera caracterizado por la cooperación humano-IA en lugar de por la competición entre uno y otra.
Sin embargo reflexiona, el problema es que estos nuevos empleos exigirán un nivel de pericia y especialización . Por lo tanto, tal como arriba surge del estudio del FMI, no se resolverían los problemas de trabajadores no calificados sin empleo.
Durante los periodos de automatización anteriores se verificó la posibilidad de movilidad entre el trabajo agrícola a las fábricas y de estas a los servicios. En 2050 esto podría resultar más difícil que un cajero o un obrero textil, al ser reemplazados por robots, pudieran convertirse en investigadores médicos, operadores de drones o ser parte de un equipo humano-IA en un banco por no contar con la pericia necesaria.
Esta pérdida de empleos podría llevar al surgimiento de una nueva clase inútil y, al mismo tiempo tener escasez de mano de obra especializada, algo que hoy ya se verifica en el rubro de la tecnología. Y ya hoy muchos empleos nuevos en economías avanzadas implican trabajos temporales no protegidos, trabajadores autónomos y trabajo ocasional.
La idea del trabajo o la profesión para toda la vida no será aplicable en pocos años.
Tal como lo describen los profesores Graton y Scott en “La vida de 100 años”, migraremos a una vida de múltiples etapas con períodos de exploración, adquisición de nuevas capacidades intangibles, emprendedurismo y quizás de contar con un portafolio de actividades. Para lo cual habrá que adaptarse a distintas transiciones.
Y esto implicara contar con las habilidades emocionales para soportar estos cambios a perpetuidad.
Según Harari los gobiernos tendrán que intervenir, tanto para subsidiar un sector educativo como para proporcionar una red de seguridad durante los períodos de transiciones. E inclusive implementar una renta básica universal para cubrir las necesidades educativas, económicas y de la salud.
Según su visión si se consiguieran combinar una red de seguridad económica universal con comunidades fuertes y la búsqueda de una vida plena podrían mitigarse estas situaciones de penuria social.
Quebrando algunos paradigmas
En general, las adopciones de las tecnologías exponenciales en las distintas actividades humanas lleva más tiempo que el pronosticado. Recuerdo por ejemplo, en mi paso por Singularity University en 2015, que nuestras predicciones sobre el uso generalizado de autos autónomos en taxis, transporte público y privado de pasajeros y cargas, se estimaban en cinco años. Y lo que observamos es que este proceso llevará probablemente más tiempo para una adopción generalizada. Lo mismo con algunas tecnologías de medicina exponencial que podrían cambiar radicalmente el funcionamiento del sistema de salud a nivel global y procurar una dilación del envejecimiento humano y la muerte.
Además, la IA podría resultar más como otros avances del pasado: la máquina de vapor, la electricidad, Internet: es decir, eliminar algunos empleos y crear otros en mayor proporción. Y probablemente hacer que los trabajadores sean más productivos en general, en beneficio eventual de ellos mismos, de sus empleadores y de la economía.
En una visita reciente a China tuve la oportunidad de observar que la adopción de la IA y de otras tecnologías exponenciales por parte de la sociedad en general está siendo parte de la vida cotidiana. Además, en las compañías que visitamos, observamos un proceso de reeducación de los empleados y operarios de planta para adaptarse a nuevas formas de trabajo abrazando a las nuevas tecnologías.
Observamos un cambio de paradigma en la adopción de las tecnologías exponenciales para la mejora de calidad de vida de la sociedad, reducción de costos y tiempos en tareas de manufactura y servicios, así como un cambio en los hábitos de la población y de los procesos en las empresas.
Replanteando nuestros puntos de vista
Un informe del escritor de economía Paul Wiseman del mes de setiembre de este año revela que el futuro del trabajo con IA no se trata de un desempleo masivo, sino de una hiper-productividad. Wiseman documentó que las empresas están agregando y volviendo a capacitar a los trabajadores gracias a la IA.
Vale la pena replantear nuestro punto de vista. Hay que tener en cuenta que la IA puede ser un multiplicador de la productividad, más que un destructor de empleos.
Empresas como IKEA y Alorica están utilizando la IA para aumentar la eficiencia y crear nuevas oportunidades, no para recortar puestos de trabajo. Es un patrón clásico que hemos visto con las revoluciones tecnológicas pasadas. Significa que podemos aprovechar el potencial de la IA sin miedo, fomentando un desarrollo y una adopción más rápidos.
La IA también puede hacer el trabajo pesado, liberando a las personas para que realicen tareas más creativas.
Las empresas deben ver la IA como una herramienta para el crecimiento y el aumento de la eficiencia, no como una herramienta para reducir costos. Para los trabajadores, la adaptabilidad y el aprendizaje continuo serán factores clave.
El minorista sueco de muebles IKEA, por ejemplo, introdujo un chatbot de atención al cliente en 2021 para gestionar consultas sencillas. En lugar de recortar puestos de trabajo, IKEA volvió a capacitar a 8.500 trabajadores de servicio al cliente para que se encargaran de tareas de mayor valor, como asesorar a los clientes sobre diseño de interiores y atender las llamadas complicadas de los clientes.
Alorica, una empresa de Irvine, California, que gestiona centros de atención al cliente en todo el mundo, ha introducido una herramienta de traducción con inteligencia artificial que permite a sus representantes hablar con clientes que hablan 200 idiomas diferentes y 75 dialectos.
Tal es el poder de la IA. Y, potencialmente, la amenaza: tal vez las empresas no necesiten tantos empleados, y recorten algunos puestos de trabajo, si los chatbots pueden manejar la carga de trabajo.
El Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca dijo el mes pasado que encontró poca evidencia de que la IA tenga un impacto negativo en el empleo en general. Sin embargo, podría afectar a algunos trabajadores debido a disminución de la demanda. Los asesores señalaron que la historia muestra que la tecnología generalmente hace que las empresas sean más productivas, acelerando el crecimiento económico y creando nuevos tipos de empleos de maneras inesperadas.
Citaron un estudio de este año dirigido por David Autor, un destacado economista del MIT: concluyó que el 60% de los empleos que tenían los estadounidenses en 2018 ni siquiera existían en 1940, ya que fueron creados por tecnologías que surgieron solo más tarde.
Otro estudio realizado por Erik Brynjolfsson, de la Universidad de Stanford, y Danielle Li y Lindsey Raymond, del MIT, siguió a 5.200 agentes de atención al cliente de una empresa de la lista Fortune 500 que utilizaban un asistente basado en IA generativa. La herramienta de IA proporcionó sugerencias valiosas para tratar con los clientes. También proporcionó enlaces a documentos internos relevantes.
Aquellos que usaron el chatbot, según el estudio, demostraron ser un 14% más productivos que los colegas que no lo hicieron. Atendieron más llamadas y las completaron más rápido. Los mayores aumentos de productividad, el 34%, provinieron de los trabajadores menos experimentados y menos calificados.
Esto implica que no hay garantía de que los bajos requisitos de rendimiento actuales en una tarea sean predictivos de una incapacidad para adaptarse en el futuro. Si los trabajadores y los puestos de trabajo se adaptan a la tecnología con el tiempo, es posible que nunca surjan daños potenciales. De hecho, otros investigadores como David Autor han sugerido recientemente que la IA podría ser especialmente beneficiosa para la clase media, al permitirles realizar trabajos que antes solo realizaban expertos muy bien pagados.
Adicionalmente otros hallazgos del estudio de la Comisión destacan lo siguiente:
- Encuentra pruebas suficientes para clasificar un subconjunto de ocupaciones altamente expuestas a la IA como «potencialmente vulnerables a la IA». Estas ocupaciones corresponden a aproximadamente el 10 por ciento del empleo total de la economía. Y estas ocupaciones ya están mostrando algunos signos de disminución de la demanda, como un crecimiento más lento del empleo y menos trabajadores entrantes.
- Revela que los trabajadores de la parte media-baja de la distribución de ingresos tienen más probabilidades de estar expuestos a la IA y también de tener bajos requisitos de rendimiento relacionados con la IA. Este hallazgo sugiere que estos trabajadores podrían ser particularmente vulnerables a la sustitución y al daño subsiguiente. Sin embargo, la medida de la CEA se basa en los requisitos de rendimiento actuales.
- Encuentra pruebas de que muchas ocupaciones potencialmente vulnerables a la IA no han mejorado sus competencias con el tiempo, a pesar de que la mayoría de las demás ocupaciones se han vuelto más complejas y difíciles en los últimos años. Esto puede hacer que los trabajadores de estas ocupaciones sean más vulnerables a las interrupciones relacionadas con la tecnología.
- Los nuevos análisis también muestran evidencia de que los trabajadores mayores tienen más probabilidades de ser potencialmente vulnerables a la IA, y que los trabajadores expuestos a la IA tienen menos probabilidades de sindicalizarse que la fuerza laboral en general.
Centrarse en las tareas específicas es clave
Uno de los mayores desafíos para hacer predicciones sobre los impactos de la IA en el mercado laboral es tener en cuenta las formas en que podrían evolucionar las tareas o actividades realizadas por ocupaciones específicas. Las ocupaciones a menudo cambian de manera significativa a medida que los trabajadores y las empresas adoptan nuevas tecnologías. Incluso en los casos en que se implementa la automatización, es posible que los trabajadores no sean desplazados si ajustan las tareas que realizan para enfatizar cada vez más otros elementos del trabajo. Del mismo modo, los trabajadores de una ocupación podrían beneficiarse considerablemente si una nueva tecnología les permite aumentar su producción o sus capacidades. Por lo tanto, la naturaleza específica de las futuras adaptaciones a la IA puede determinar quién se beneficia de la tecnología y quién no.
En esencia, la inteligencia artificial permite a las máquinas realizar tareas que antes se pensaba que requerían inteligencia humana. La tecnología ha existido en las primeras versiones durante décadas.
El punto es que la IA realmente irrumpió en la conciencia pública en 2022 en forma masiva, cuando OpenAI presentó ChatGPT.
La llegada de la IA generativa ha generado preocupaciones de que los chatbots reemplacen a los escritores, editores, programadores, vendedores telefónicos, representantes de servicio al cliente, asistentes legales y muchos más independientes.
Sin embargo, la suposición generalizada de que los chatbots de IA reemplazarán inevitablemente a los trabajadores de servicios, de la misma manera que los robots físicos tomaron muchos trabajos de fábrica y almacén, no se está convirtiendo en realidad de manera generalizada, al menos no todavía. Y tal vez nunca lo haga.
La firma de recolocación Challenger, Gray & Christmas, que rastrea los recortes de empleos, dijo que aún no ha visto mucha evidencia de despidos que puedan atribuirse a que la IA ahorra mano de obra.
La información de esta firma indica que la baja de puestos de empleo atribuida a la IA en Estados Unidos paso de 4000 casos en 2023 a 7000 en 2024.
Al mismo tiempo, el temor de que la IA suponga una grave amenaza para algunas categorías de puestos de trabajo no es infundado.
Investigadores de la Escuela de Negocios de Harvard, el Instituto Alemán de Investigación Económica y la Escuela de Negocios del Imperial College de Londres descubrieron en un estudio del año pasado que las ofertas de trabajo para programadores, escritores y artistas se desplomaron a los ocho meses de la llegada de ChatGPT. En la Conferencia de desarrolladores de video juegos en San Francisco las agrupaciones gremiales manifestaron su preocupación por la salida de unos 20 mil empleados desde 2022.
Un estudio de 2023 realizado por investigadores de la Universidad de Princeton, la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Nueva York concluyó que los teleoperadores y los profesores de inglés y lenguas extranjeras tenían los puestos de trabajo más expuestos a modelos de lenguaje similares a ChatGPT. Pero estar expuesto a la IA no significa necesariamente perder tu trabajo por ella.
En conclusión pensamos que habrá que adoptar la IA o arriesgarse a la obsolescencia en el nuevo mercado laboral impulsado por la tecnología.
Los responsables de la formulación de políticas deben centrarse en fomentar la innovación y los programas de recapacitación, no en las regulaciones restrictivas. La IA está preparada para impulsar el crecimiento económico y crear categorías de trabajo completamente nuevas que aún no podemos imaginar.
Fuentes de consulta
- Potential Labor Market Impacts of Artificial Intelligence: An Empirical Analysis. Council of Economic Advisers. Julio 2024
- Generative AI at Work. Erik Brynjolfsson, Danielle Li, Lindsey R. Raymond. Working Paper31161. National Bureau of Economic Research, April 2023, revised November 2023.
- Applying AI to Rebuild Middle Class Jobs. David Autor. Working Paper 32140. National Bureau of Economic Research, February 2024.
- Challenger Gray & Christmas. Interview with Andy Challenger. How AI is shifting the job market. September 11, 2024.
- “Por qué es probable que la inteligencia artificial no robe puestos de trabajo pero sí aumente la eficiencia de los trabajadores”. Paul Wiseman (AP septiembre 2024).